jueves, 27 de agosto de 2009

19/7/09: Lucerna-Engelberg-Lucerna. Vías ferratas de Brunnistöckli y Fürenalp.

Por la mañana temprano ya empezamos a darnos cuenta de que nos esperaba un bonito día, el tiempo parece que empieza a respetarnos de nuevo. Nos desplazamos hasta Engelberg, pequeña joya alpina que nos queda a una media hora del camping. Según nos vamos acercando ya vamos entrando en materia. Hay al menos dos o tres valles entre gigantescas montañas verdes y nevadas repletitas de teleféricos y sobre todo… de vías ferratas!!.

Photobucket

Pasamos por la oficina de turismo para informarnos de los precios de los teleféricos, ya que para poder llegar a las ferratas obligatoriamente tenemos que hacer uso de ellos (digamos que todas las vías ferratas parten de más de 2000m asegurando unas vistas estupendas). Decidimos comprar la Tell Pass, una tarjeta que nos permite viajar en los teleféricos y en el transporte público de la zona dos días gratuitamente, y además durante otros 5 días a mitad de precio. La tarjetita no es nada barata (para variar en Suiza), pero merece la pena si se piensa aprovechar como nosotros, es decir, sacarle partido durante los dos días gratuitos. Cada viaje simple en teleférico vale una pasta, así que es nuestra mejor elección.
Dejamos el coche en el aparcamiento del teleférico de Bruni y subimos hasta un bonito collado donde hay un restaurante, un lago en cuyas orillas hay un circuito de juegos de aventura, unas vacas, etc. Desde ahí, cogemos el sendero que asciende en unos 15 o 20 minutos al inicio de la ferrata Brunnistöckli, nos equipamos, y … allá vamos!.

Photobucket

Photobucket

La ferrata está bastante concurrida porque es la más fácil, así que después de que unas cuantas personas nos dejaran adelantarles empezamos a coger altura. La equipación de la vía es diferente que en España (donde ya llevamos completadas unas cuantas jeje), ya que muchas veces omiten grapas, clavijas, y demás agarres si la piedra permite tener buenos agarres naturales. Ascendemos sin mucha dificultad, cruzamos un par de puentes tibetanos bastante chulos y llegamos a la cima.

Photobucket

Photobucket



Photobucket

Existe la posibilidad de seguir subiendo por un sendero para unir el recorrido con otra vía ferrata de mayor dificultad y duración, pero aunque estamos teniendo buen día, a esa altura las nubes están completamente cerradas sobre el pico donde se encuentra la ferrata y además hay nieve, así que optamos por desechar la posibilidad de continuar y comenzamos a bajar a la pradera de Bruni de nuevo a través de un bonito sendero. Barajamos la posibilidad de hacer el otro recorrido de la vía, que es más exigente aparentemente, pero al final regresamos al valle, y como es pronto, decidimos acercarnos al valle contiguo donde se encuentra la vía ferrata de Fürenalp, que como veríamos un poquito después, eran “palabras mayores”…

Ahora puedo decir que la información que proporciona la oficina de turismo acerca de las ferratas es bastante insuficiente, y además, únicamente te la dan en alemán, con lo que… lo llevamos claro, y así nos pasa. No entendemos ni el grado de dificultad que tiene la ferrata ni el tiempo aproximado que se tarda en hacerla. Veréis un poco más adelante por qué digo todo esto…

Picoteamos algunos frutos secos, barritas, etc., y cerca de las 14h nos ponemos en marcha hacia los pies de la vía ferrata. Para llegar hasta ella hay que caminar un buen rato primero por una pista y después por un pequeño sendero que asciende, y asciende sin mucha compasión jeje. Hacia las 15h comenzamos a subir “el ferratón”.

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Pronto nos damos cuenta de que la vía asciende casi totalmente vertical por la pared rocosa y que no tiene apenas grapas, sino clavijas cuya separación en ocasiones me exige bastante esfuerzo por mi metro sesenta, de manera que el asegurarte para descansar es prácticamente imposible.

Photobucket

Cada vez cogemos más altura, y tenemos unas vistas impresionantes, probablemente de las mejores que hemos tenido nunca haciendo una ferrata. Una vez más afirmamos que estos suizos se ahorran un montón de equipación, pues la mayoría de las veces la única manera de agarrarte a algo es apoyarse en el cable de seguridad, y eso, aunque tengas buenos pies (que no siempre es así…), a mi por lo menos me da “miedito”, aunque como tengo un par de ovarios como dos huevos de dinosarurio... A veces las clavijas son tan estrechas que no caben los dos pies, así que hay que pensarse algunos pasos para no pasarlo mal.

Photobucket

Empiezan a pasar las horas y seguimos subiendo sin parar verticalmente. Yo empiezo a pensar que nos hemos metido en una embolada de las buenas, eso no tiene pinta de llegar nunca arriba, y no vemos ni un solo punto para montar una reunión por si nos empieza a llover y tenemos que salir por patas…

Para colmo, llegamos a un punto donde nos encontramos el esqueleto de una cabeza de vaca, que parece decirnos que “ahora empieza lo bueno…”.

Photobucket

Seguimos subiendo, y de buenas a primeras me da por mirar hacia arriba y veo que las clavijas y grapas cruzan una pared totalmente mojada por una cascada!!... cae agua sin parar procedente de la parte más alta de la montaña, aunque no lleva caudal apenas!!. A esas alturas yo ya voy cansadilla, llevamos unas 3 horas subiendo y apenas hemos comido unos frutos secos y poco más…, los hierros y la pared por donde tenemos que subir están completamente empapados y al pisar hay que forzar el pie contra la pared, además de que no hay agarres para las manos nada más que la sirga de seguridad… y el tiempo comienza a ponerse bastante nuboso y gris… me bloqueo por un par de minutos, me agarroto, me da un pequeño ataque de ansiedad y me pongo a llorar como una magdalena de los nervios… mi corage se está yendo al carajo… Intento tranquilizarme y me doy cuenta de que no queda otra opción que seguir subiendo. No se puede descender, es muy peligroso y además llevamos más de tres horas subiendo, y no hay escapatorias para montar rápeles; además, apenas hay nada horizontal, así que es imposible.

Resignada pero con bastante miedo y lágrimas saliendo de los ojos sigo adelante. Para mi esto ha perdido el punto divertido… Ismael, que va delante, intenta darme ánimos, pero en su cara se refleja también el temor por la dificultad de la travesía y por mi bloqueo, aunque él diga que dos minutos de shock no es nada.

Superamos la parte mojada como podemos, muchas veces teniendo que andar por la piedra resbaladiza además de por las clavijas y agarrados a la sirga, y salimos prácticamente empapados. El viento es fresco a esa altura y las nubes se nos cierran sobre las cabezas, pero del esfuerzo seguimos calientes.

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Seguimos subiendo, pensando que ya no puede quedar mucho, pero se sigue sin ver el final. Es entonces cuando pensamos en que nos van a cerrar el teleférico y vamos a tener que bajar el monte caminando. Son más de las 18:30 y la ferrata continúa.
Trepamos y trepamos, y divisamos por fin lo que parece el collado final, pero para llegar arriba nos queda superar un tramo equipado con una escalera de unos 40 o 50m bastante extraplomada!!!. “No puede ser verdad”, pensamos, pero ahí estaba, los ojos no nos estaban engañando.

Subimos de uno en uno y con mucha paciencia y cuidado, a esas alturas ya estábamos acostumbrados a las sorpresas de la p… vía!!. Gracias a Dios en el arnés llevamos un “cable de vida” de cuando escalamos, que nos permite asegurarnos a la propia escalera además de llevar las dos bagas de anclaje. Es un poco coñazo engancharte y desengancharte de las tres cosas, pero como dice un amigo… “hay que invertir en seguridad”.

Photobucket

Llegamos al sendero final que nos lleva hasta una pequeña granja y a la caseta del teleférico, pero son las 19:15h y hace unos 45 minutos o una hora que bajó la última góndola, así que nos lo tomamos con tranquilidad. Estamos completamente solos.

Photobucket

Justo antes de acabar la ferrata descubrimos un cofre de hierro que esconde un cuaderno de ruta donde toda la gente que supera esta ferrata deja sus comentarios.
Yo no tengo en ese momento ni puñetera gana de escribir nada agradable, lo he pasado bastante mal, aunque como ferrata la vía es una auténtica pasada, por la dificultad y por las vistas… así que lo único que escribo es “una vez y no más Santo Tomás”, un dicho muy repetido por mi señora madre, de la que me acordé bastantes veces. Creo que Ismael escribió algo más bonito, algo sobre las vistas y la dificultad de la vía, etc…. “a este ya se le ha olvidado lo mal que lo hemos pasado en la zona mojada…” pienso. En fin…

En el collado paramos 5 minutos para descansar y comer algo, que después de más de 4h ascendiendo ferrata nos lo merecemos no?.

Después, buscamos el sendero de bajada hasta el valle y como calculábamos nos queda más o menos hora y media de pateo para descender, así que no podemos perder mucho tiempo y nos ponemos en marcha, pues nos queda el tiempo justo para llegar con luz.

Las vistas son fantásticas mientras bajamos por el sendero a buen ritmo, pero llevamos cuidado porque está muy embarrado y baja agua que se escapa de los ríos y las cascadillas,, porque agua baja bastante por todos lados.

Cuando levamos unos 20 minutos de recorrido tengo una muy mala caída debido a una escurrida tonta. Caigo con la pierna totalmente torcida y enganchada en la piedra, oigo un crujido, siento un dolor muy fuerte y grito (y eso que pensaba que yo no sabía gritar...). Estaba en el medio de un riachuelo y no podía levantarme por mi misma, me dolía toda la pierna, me había torcido el pie, el tobillo y mi rodilla mala, y en ese momento me dolían tanto las tres cosas que no sabía exactamente qué me había hecho y qué me dolía más, de dónde había provenido el chasquido, etc. Cuando consigo recuperarme un poco del dolor Ismael me saca del riachuelo e intenta ponerme en pie. Aunque con dolor, consigo plantar levemente la pierna en el suelo, muevo el pie y el tobillo, que aunque me duelen bastante parece que no tienen nada roto, no quiero quitarme la bota, pues mientras esté ajustada sujeta cualquier inflamación un rato. Apenas puedo doblar ni rotar la rodilla y noto que se está hinchando bastante por momentos… “¿y ahora qué coño hago yo así a casi 2000m de altura, estando completamente solos y sin entender ni papa de alemán??”… Se me cae el mundo encima…

Ismael me fabrica como puede unos bastones con dos árboles, y apoyada en él intentamos seguir bajando. La noche se nos echa encima a casi 2000m de altura, y allí no queda nadie por ningún lado, así que mientras la rodilla esté caliente tenemos que intentar bajar de allí. Con bastantes dificultades se acaba el sendero y comienza la pista, se nos está haciendo de noche y aún queda un rato, así que como yo llevo una linterna y parece que puedo andar con los bastones a modo de muletas, decidimos que Ismael siga bajando más deprisa para subir otros 2 Km por la carreterilla hasta llegar a donde tenemos aparcado el coche mientras yo bajo a cámara lenta y como puedo, de manera que me recoja al final de la pista.

Justo cuando llego al arcén se hace de noche completamente y veo que ya viene Ismael con el coche, así que de momento las dificultades se han terminado. Tenemos el tiempo justo de nuevo para poder llegar hasta el camping y que nos dejen pasar con el coche antes de que bajen la barrera.
Durante el viaje en coche llevo la pierna totalmente estirada porque he echado el asiento hacia atrás, pero noto que la rodilla está como un globo y que ya apenas puedo doblarla ni ladearla. Se me enfría rápido y me comienza a doler cada vez más, esto es horrible.

Ya en el camping me ducho como puedo porque el dolor empieza a ser insoportable, me empiezo a tomar antiinflamatorios, protectores gástricos y me calzo un vendaje compresivo reforzado con tensoplast para que me impida doblar y rotar, usando el material que llevo siempre en el coche (menos mal que siempre llevo la farmacia…). Paso mala noche, pero a la mañana siguiente me quito el vendaje y valoro si tengo grandes hematomas, el edema de la rodilla, etc. Moratones sólo tengo unos cuantos muy pequeñitos debidos al golpe y a los apoyos que hice en la piedra mientras subía la ferrata creo, así que al menos hueso no creo tener roto. Intento explorarme, y dado el gran edema de la rodilla sospecho que me he debido de romper un menisco o el cruzado, porque mira que he tenido veces derrame y nunca ha sido tan llamativo ni tan doloroso como en ese momento… espero que no sea un hemartros, y me empiece a bajar la inflamación en lugar de aumentar, porque si no voy a tener que ir a que me lo drenen… Descartada a ojo la fractura de la meseta tibial o de la cabeza del peroné (por la irradiación del dolor), decido seguir con los antiinflamatorios y el vendaje hasta que regrese a España, puesto que con los dolores y el edema sé de buena tinta que no me van a poder explorar la rodilla.

Así voy tirando, caminando poco porque no puedo dar muchos pasos y cojeo importantemente, y con los dos bastones de trekking que siempre me acompañan (menos mal). Las tardes-noches las paso mal, pero me permite al menos seguir haciendo un poco de turismo durante las mañanas, eso sí, se me acabaron las rutas de bici, de andar, las ferratas, los paseos ciclísticos por las ciudades, etc. Me vengo abajo… qué mala suerte joder, tanto tiempo preparando este viaje que es la ilusión de toda mi vida y me pasa esto, y en un buen momento de forma…

No hay comentarios: