viernes, 12 de agosto de 2011

23 Julio.. pero del 2010, continuación de la crónica de la travesía alforjera del verano pasado: DÍA DE DESCANSO EN ULM

Por la mañana temprano aprovechamos para hacer un poco la colada y montamos un tendedero en la habitación. Nos costó mucho que se secara la ropa porque la temperatura había bajado y el grado de humedad era alto. Dejó de llover por unas horas.

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Salimos en busca del supermercado de turno a aprovisionarnos para el desayuno y la comida. Encontramos uno junto a la catedral y desayunamos en unos banquitos en la misma plaza. Volvimos a recorrer la ciudad vieja aprovechando para hacer fotos con luz y sin agua, y entramos en una tienda de deportes de las de 4 pisos, qué gozada!, es impresionante el surtido de ropa, calzado y material de montaña en general que tienen, incluso de cosas específicas de mujeres!!.
Regresamos al albergue, y al llegar empezó a llover otra vez. Nos preparamos la comida y nos echamos una siesta reconfortante como señores, con el sonido del diluvio de fondo. A la hora de salir a la calle aún llovía, así que nos prestaron un paraguas en el mismo albergue y  salimos a pasear. Ya nos sabíamos de memoria la ciudad, así que empezamos a planear qué íbamos a hacer el día siguiente, pues daban mal tiempo y lluvia todo el fin de semana que quedaba por delante.  Nos fuimos a la estación del tren a averiguar los horarios y el coste del tren que nos adelantaría la etapa siguiente en parte. La verdad es que la lluvia coincidió con la etapa que teníamos obligatoriamente que acortar de todas maneras puesto que era de 152 Km y no nos podíamos permitir un día más de viaje cuando lo planeamos en un principio.
En las máquinas expendedoras de billetes te dan la información en castellano. Se puede pagar con tarjeta. Los 2 billetes de Ulm a Donauwörth nos costaron 29e.  Además, había que comprar dos billetes que reservan “sitios” para bicicletas, que valían 4 euros cada uno, pero esos sí que los tuvimos que pagar con cash obligatoriamente. Los billetes de la bici se deben colocar en la misma bici cuando la subes al tren y la cuelgas de los enganches provistos para ellas. En los trenes hay un vagón destinado a las bicis, que suele ser el primero o el último. Para averiguar dónde parará el vagón hay que mirar los carteles ilustrativos que hay en cada andén donde aparece especificado. Dentro de los vagones hay paneles electrónicos donde figura el destino de cada viajero y de cada bici según el asiento asignado, es una chulada.
El resto de nuestra última tarde en Ulm lo pasamos paseando, y acabamos con una cenita en un restaurante típico de la zona antigua.
Nota: los alemanes comparten mesa, así que no os extrañe que os ofrezcan sentaros en la misma mesa en la que hay otras personas!!!.

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Llegamos lloviendo (como no) al albergue, dejamos preparadas las alforjas y a dormir, que al día siguiente nos tocaba madrugón para coger el tren a las 7:18h.

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