martes, 13 de septiembre de 2011

19 Julio 2011: Salzburgo – Attersee, 55Km aprox

Hemos dormido genial, y nos levantamos con buen ánimo. El cielo es azul!. Desayunamos de buffet, fenomenal, y de paso nos hacemos unos bocatitas para media mañana ;)
Con pena dejamos el hotel, la ciudad nos está encantando y nos hubiera gustado poder pasar un día tranquilamente de descanso allí, pero decidimos dejarlo para el final en Budapest, así que nos subimos a las bicis una vez más. Tranquilamente recorremos el centro antiguo que hoy se ve aún más bonito con tanta luz. Entramos en la Catedral, que el día anterior estaba cerrada, e incluso nos adentramos en los jardines de alguno de los palacios del arzobispo.

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Cruzamos el río Salzach por uno de sus puentes en dirección norte, pensando en encontrar el camino adecuado que nos dirija hacia la Salzkammergut, la región de los lagos de Salzburgo.

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Salir de la ciudad es algo complicado por el gran entramado de trenes que tiene, pero encontramos un par de pasos que nos permiten rodar hacia donde queremos.
Pronto nos adentramos en un frondoso bosque, es alucinante que tan cerca de una ciudad importante ya estemos en plena naturaleza. No me extraña que los austriacos estén locos con el deporte, los alrededores invitan a ello.

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Después, los valles cada vez son más anchos, y rodamos un rato por carril bici cercano a la carretera. Los primeros Km del día resultan ser un falso llano de unos 15 Km (según Ismael, porque yo recuerdo que vi los 19Km en mi cuenta…), que se me hacen bastante duros por el importante viento en contra que llevamos hoy. Incluso cuando comienza a descender la cosa y a llanear no podemos dejar de dar pedales porque nos paramos. Los 94 Km de ayer además me estaban pasando factura… uff.

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Llegando al Mondsee, hacemos una breve parada para hacer fotos, el sitio es precioso. El carril bici es muy claro, incluso atraviesa montañas estando completamente equipados con buena iluminación, excelente asfalto y pintura. Esos Km con aquel paisaje se hacen más amenos ;)

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Justo después de dejar el Mondsee nos encontramos ya con el Attersee, el mayor de los lagos de la zona. Hacemos algunas fotos junto a los veleros y la estatua de mi querido Gustav Klimt, que tantas veces pintó esos paisajes tan bellos.

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El carril bici va bordeando el lago para que gocemos de unas vistas espectaculares, eso sí, gana altura por una de las colinas gracias a que se convierte en un tobogán contínuo entre bosque…. Para mi a esas alturas supone unos últimos Km de rompepiernas que me deja k.o.

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Finalmente, a lo lejos y en lo alto de otra colina divisamos el Panorama Hotel Gasthof Schönberger, nuestro destino del día. De nuevo tenemos una reserva en un buen hotel a un precio estupendo… aunque como veríamos enseguida había un error en el precio con el que habíamos reservado.

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Al llegar nos recibe un austriaco rudo y tremendo que habla muy poco inglés, y nos comenta que la reserva se había hecho para una sóla persona, de ahí el precio tan barato, cosa que no era cierta según los papeles que llevábamos nosotros. Ante el problema de la reserva aparece la madre del personaje, una señora con taca-taca que imponía lo suyo jajaja. Es un hotel familiar, como casi todos en la zona, y lo normal es que esté la familia al completo encargándose de todos los servicios. Acaban llamando al jefe para que venga a hablar con nosotros, y mientras estamos sentados en las escaleras de entrada aparece un BMW que derrapa parando en la puerta del hotel. De él se baja un tío con pinta de pijo que se nos presenta como “the boss”, a lo que le contesto “pues yo soy Silvia” (entre el cansancio que llevaba, la sudada, y el lío de la reserva estaba un poco hartita… jeje). En un inglés implecable nos intenta hacer entender que hemos reservado una habitación sencilla, pero tiene que recular al ver en nuestros papeles que pone “double room 2 p”. Llegamos al acuerdo de que como el error ha sido del portal de reservas booking, y no hay otra habitación disponible, decidamos si nos quedamos con la habitación o no después de verla, al mismo precio barato para los dos, aunque nos cobren un desayuno. La habitación está muy bien, la cama es grande y tenemos unas bonitas vistas al lago, así que nos quedamos.
Ya acomodados nos bajamos a la zona de baño acotada para el hotel en el lago, una gozada picotear algo de comer allí y darte un baño en sus aguas cristalinas, así uno se recupera perfectamente jejeje. Al rato aparece “the boss” con su hija, a darse un baño y a pasear en el velero.

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Ya atardeciendo nos subimos a la habitación para ducharnos y cambiarnos, y empezamos a oler la rica comida del gasthof, así que como no tenemos ganas de ir hasta el pueblo decidimos cenar en la terraza del hotel, con unas vistas maravillosas.
Para nuestra sorpresa se nos une “the boss” a la mesa, ofreciendo traducirnos todos los platos de la carta e interesándose por si habíamos disfrutado del baño en el lago. Resulta ser un tío encantador y extremadamente educado, y habla un inglés perfecto que nos facilita las cosas. Acabamos incluso haciendo bromas con los platos jeje. Ni que decir que cenamos fenomenal, y que incluso nos metimos entre pecho y espalda un buen postre que les vimos a los del al lado jeje.
Después de la cena romántica nos arrastramos a la habitación, a por otro sueño reparador, y hasta el día siguiente.

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