miércoles, 1 de agosto de 2012

27 Julio 2011: Budapest día 1


Amanece en el Hotel Metro, que da miedo por fuera pero por dentro está bastante bien. Una vez más, booking no nos defrauda: Hotel Metro La habitación es grande, baño limpio, los recepcionistas muy amables, y el desayuno… normal, nada del otro mundo pero suficiente, eso sí, el salón es muy pequeñito, cuatro o cinco mesas. El edificio por fuera es como una fábrica de fachada sucia; el hotel empieza en la tercera planta. Tiene una puerta de entrada al edificio que sólo se abre desde dentro y un hall vigilado las 24h con cámaras de seguridad. Allí dejamos las bicis, atadas y vigiladas sin problemas.

 
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Los dos últimos días del viaje los dedicaremos a patear la ciudad, que ciertamente merece una visita, eso sí, se ve de sobra en dos o tres días. El hotel está cerca del Parlamento y de la zona turística, muy céntrico, así que a darle a las zapatillas toca. En mi caso con algún que otro problema, porque debido a las ampollas que me habían salido en los dedos del pie dcho empecé a apoyar mal y acabé al cabo de unas horas con una dolorosa tendinitis en el Aquiles que me duraría lo suyo además de no dejarme apenas caminar. Cierto es que por el ansia de turistear íbamos caminando a todas partes y compliqué la lesión bastante, pero bueno. Visitamos la grandiosa Basílica de San Esteban, la Sinagoga (menuda clavada y trato frío recibimos por cierto, bonita es, pero nos gustó más la de Praga), la calle Vaci (repleta de tiendas y restaurantes), la ribera del Danubio hasta el Parlamento, etc. Comimos mirando el río hacia la ciudad de Buda, y a lo tonto tonto seguimos caminando hasta que nos encontramos en el hotel. Era la hora de una siestita…. Uhmmm qué gusto descansar un rato jeje… ya llevábamos 8Km pateados sólo en unas horillas mañaneras… acabaríamos con 18 jeje.


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Por la tarde íbamos a ir a uno de los famosos baños termales de la ciudad, dudábamos entre los Gellert (recordáis la piscina con columnas del anuncio de Danone????) y los Szechenyi (http://www.szechenyibath.com/), de estilo neobarroco. Finalmente nos decidimos por éstos últimos, ya que estaban en otra zona turística, al final de la Avda Andrassy (que teníamos que recorrer por ser una de las más antiguas de Europa y estar conservada más o menos respetando los edificios antiguos), y en medio del Parque de la Ciudad, atravesando la Plaza de los Héroes, muy bonita por cierto.


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Cojeando cojeando llegamos a la zona prevista, joer qué dolor llevo!. La Avda Andrassy es chula, ves bonitos edificios a ambos lados de la calle (unos más sucios y viejos que otros, museos, embajadas…), a algunos moteros haciendo carreritas (imagináos la Castellana con carreras de motos)… A ambos lados de la Plaza de los Héroes hay dos edificios muy parecidos, simulando templos griegos, son museos.

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El Parque de la Ciudad es muy bonito, un rinconcito muy agradable con un castillo y un lago con parejas navegando en barquitas.

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Finalmente llegamos a los baños. Enormes. Compramos la entrada y nos separamos para ir a los diferentes vestuarios. Nos encontramos poco después. Recorrimos las diferentes piscinas termales, a destacar la gran batidora, con corriente y donde la gente da vueltas al perímetro todo el rato. En algunas piscinas huele “desagradable” debido al azufre y otros compuestos que se concentran en ellas.

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Luego estuvimos un buen rato en las exteriores. En la caliente el agua estaba hirviendo, repleta de gente, incluso algunos húngaros jugando al ajedrez dentro del agua. Es curioso, un balneario de verdad. En algunas zonas hay algo de batidora también (qué mareoooo). En la piscina fría a las mujeres y a aquellos con pelo largo nos obligan a llevar gorro de natación, así que como no llevo no puedo probarla, pero Isma hace lo propio por mi y se pega unos larguitos. Entre los chorros y las aguas termales calentitas llevo un pedo que no veas, jeje. Qué bien voy a dormir esta nocheeeee.

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Tras pasar dos relajadas horas regresamos al hotel, con el fin de ducharnos, descansar otro poco y salir a cenar. De camino divisamos un par de ferreterías cerca de la estación de tren en cuyos escaparates encontramos plástico de bolas para envolver las bicis en el aeropuerto. Menos mal, porque en todo el día que nos habíamos estado fijando no habíamos visto ni cartones ni otros plásticos ni otras ferreterías donde buscar. Mientras tanto, las recepcionistas del hotel se pusieron en contacto con una tienda de bicis que no quedaba muy lejos con el fin de buscarnos un par de cajas… pero fue imposible encontrarlas, son tiendas muy pequeñas y las tienen todas en almacenes de las afueras de la ciudad. Leyendo en foros de viajes encontré un restaurante temático medieval que recomendaban mucho, el Sir Lancelot (http://sirlancelot.hu). Está en la calle Podmaniczky 19, muy cerquita del hotel, así que genial, pasaríamos un buen rato… y así fué. Comimos fenomenal y barato, nos reímos mucho con las actuaciones, y con los borregos que estaban celebrando una despedida de soltero o algo en el mismo salón donde estábamos nosotros jeje. Un sitio recomendable la verdad, aunque eso sí, turístico.

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Poco más tarde ya estábamos en el sobre, qué buen día hemos pasado!

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