Nos volvemos a subir al Piri,
esta vez con las bicis y el perro a cuestas. Tenemos ganas de rutear por las
cumbres pirenaicas y queremos seguir explorando el Valle de Tena, así que
aconsejados por Míkel, el gran gurú de la zona, planeamos dos rutas, una por
Formigal y otra hacia Panticosa.
Anocheciendo llegamos al
camping Gavín, donde cogemos una buena parcela en el sitio menos masificado de
gente para que Frodo esté tranquilo. Montamos nuestro chalecito y a cenar, que
hay hambre. El camping está bastante bien y dejan perros, pero es carito de
pelotas!
Nos despertamos pronto, así
que desayunamos tranquilamente mis magdalenas recién hechas y cogemos el coche
hasta Formigal. Desde allí subimos primero por la carreterita y luego por pista
ganando altura por en medio de la estación de esquí.
No jorobes!!!, el porteo viene ahora??.
¿Estas de coña? . A Míkel le
pitan los oídos…
Intento avanzar con cautela, y
me cuesta horrores, empiezo a pasar miedo porque el terreno resbala mucho y las
piedras se desprenden con mirarlas. Ismael regresa y se lleva mi bici para
ayudarme, le vuelvo a perder de vista.
Por el camino, él resbala con mi bici a
cuestas y yo resbalo incluso sin bici cayendo dos o tres metros por la ladera…
lo estoy flipando. Entro en pánico y me quedo en cunclillas, no puedo ni ir
hacia delante ni hacia atrás.
A Míkel le
vuelven a pitar los oídos…
Sobre la cabeza de Ismael, que
aparece con cara de susto también después de casi despeñarse, vuela un buitre
con muy mala leche que empieza a tirar piedras ladera abajo. Pienso que esto no
puede ser verdad…
Con serias dificultades
llegamos hacia un llano a media ladera de la siguiente loma que parece un trozo
de pista que lleva a un telesilla.
Por el medio a Ismael se le
rompe la patilla, y al intentar soltarla y poner la nueva se le rompen los
alicates………
Menos mal que lleva un cambio
de repuesto en la mochila que ya nos ha salvado varias veces… lo difícil es
soltar el cambio del trozo de la patilla rota, o eso, o hilar cable, que no sé
qué es más complicado.
Después de intentar aflojar el
tornillo contra el cuadro me pierdo… vaya marrón!. Finalmente, más de una hora
más tarde (perdimos la noción del tiempo…), Ismael consigue poner el cambio de
repuesto y seguimos adelante.
Ésta vez
es a Ismael al que le pitan los oídos, de ésta Míkel se ha salvado, así que nos
toca remontar otra segunda loma con la bici al hombro para llegar al sendero
que cresta…
Unos metros después comienza el baile.
Tras el tentempié,
protecciones y a gozar de la bajada.
Esto de ir campo a través me pone un poco nerviosa, no sé qué me voy a encontrar tras la siguiente piedra, pero mooolaaa.
Ahora me acuerdo de Míkel para bien jajaja.
A
Míkel le vuelven a pitar los oidos…
El estrecho senderito entre
florecitas, ortigas y cactus serpentea ganando altura.
A estas alturas estoy cansada, bastante cansada, y aunque a ratos consigo rodar algunos tramos, se me
hace muy cuesta arriba controlar la bici
mientras tomo las curvas, tanto que en un pique conmigo misma por llegar
arriba sobre la bici tomo una curva a izquierdas en subida y sin fuerzas donde
me pego la castaña del día y acabo entre los cactus y las ortigas.
Atontada por la leche que me
he pegado en to el pómulo con el manillar al caer, y llena de ronchas por las
ortigas y mi alergia extraña, me entra la llorera del siglo y me quedo sentada
en el medio del sendero con la cara como un pan gallego. Me siento gilitonta. Isma
ya ha llegado a la cima del collado porque no le veo, y al perro tampoco,
claro. El capullete de Frodo está fuerte como el vinagre.
Al poco Ismael baja caminando
por el sendero, detrás del perro que viene hacia mí como un cohete, y cuando
llega a mi me dice: estás descansando o qué??... lo que aún me cabrea un poco
más claro, le pongo mi cara de pocos amigos mientras Frodo no para de intentar
lamerme las lágrimas. Le miro diciéndole que me he caído y me duele mucho la
cara y me dice: joer, pareces el joker!!... agrrrrr agrrrr
Lo mato??
Pasados unos minutos camino totalmente
desanimada hasta el final de la subida. Ismael lleva mi bici. El disgusto se me
va pasando un poco, y me lío a hacerle unas fotos, hay que joderse, el paisaje
es espectacular aunque yo esté pa´choped.
Me acuerdo de Míkel, para bien.
Las bajadas y las vistas me han dejado muy buen sabor de
boca, y aunque cansada y dolorida, me sale una media sonrisa… porque la otra
media se ha hinchado cada vez más claro.
Mientras espero a que Isma
regrese con el coche me dedico a la meditación… bueno, más bien es que no tengo
glucosa en el cerebro y me quedo embobá perdía. Tengo la cara cada vez más hinchada, me duele la cabeza, estoy cansada, tengo hambre y ganas de una ducha. Pienso… a Míkel le habrán pitado los
oídos alguna que otra vez por mis protestas en las zonas donde no me quedó más
remedio que empujar la bici… pero Míkel!! Supongo que también te pitarían para
agradecerte esas pedazo de bajadas!!! No??... como se diría por Madrid, muchas
gracias por la ruta!, te debo unos tímpanos nuevos!